Las relaciones
interpersonales juegan un papel fundamental en el desarrollo integral de la
persona. A través de ellas, el individuo obtiene importantes refuerzos sociales
del entorno más inmediato que favorecen su adaptación al mismo. En
contrapartida, la carencia de estas habilidades puede provocar rechazo,
aislamiento y, en definitiva, limitar la calidad de vida. Esta sección está dirigida
a destacar la importancia de las relaciones en nuestro entorno, en las
relaciones de familia, amigos, comunidad, en la escuela o trabajo.
Relaciones
Interpersonales en la Familia
Hace un par de generaciones atrás, la vida
familiar parecía simple, la gente pasaba la mayoría del tiempo con su familia.
Hoy en día, los estilos de vida complejos, las agendas, los horarios y el
balance de presupuestos impiden la intimidad familiar que las generaciones
anteriores vieron como algo normal. Actualmente en dos tercios de las familias
, tanto el padre como la madre trabajan fuera del hogar, eso puede limitar las
oportunidades de estrechar los lazos familiares. Si se combina esto con las
muchas otras fuentes de entretenimiento y actividades fuera del hogar, las
oportunidades para interactuar con la familia se reducen aún más.
La Comunicación, el
compartir ideas y sentimientos
es fundamental y esencial en todas las relaciones interpersonales,
especialmente con la familia, pues esta proporciona el contexto en el que los
niños aprenden el concepto de relaciones interpersonales, el cual a su vez les
ofrece el fundamento para la manera de tratar y relacionarse con la gente a
través de sus vidas. A través de la comunicación, la familia fomenta la
confianza, proporciona el refugio y la unión familiar, para lograr un mayor
sentido de pertenencia y aceptación. La confianza y la capacidad de cada
miembro de la familia pueden crecer a medida que se aceptan los riesgos, se
logran las metas y se resuelven los problemas juntos.
1. Esté Disponible: La comunicación empieza con ponerse a la disponibilidad y con
ser accesible. El demostrar interés unos por otros y el dedicar tiempo unos a
otros es esencial. Puede que sea necesario posponer otras actividades o
distracciones para poder estar disponible para sus seres queridos. Al estar
disponible para ellos, usted puede llegar a estar más al corriente de lo que
pase y tener la oportunidad de ofrecer el apoyo y la guía que tanto se
necesita. Por otro lado, aunque suene simple, el divertirse en familia estrecha
los lazos familiares. Cosas amenas y placenteras tales como ir al cine, jugar,
llevar al perro en una caminata o tener un picnic en el piso de la casa ayudan
a equilibrar los momentos de frustración y de conflicto ocasionales. Túrnense
al decidir qué van a hacer en familia; esto les da la oportunidad de que todos
expresen su opinión en cuanto a las actividades.
2. Escuche con el Corazón: Muchas veces escuchamos lo que un
miembro de la familia dice, pero no nos ponemos en sintonía con las emociones que hay alrededor de ellos. Hay
mucho de la comunicación que no es verbal; el escuchar con empatía, prestándole
atención especial a los sentimientos, ayuda a reforzar el puente de
comunicación entre usted y su familia. Al escuchar, trate de responder sin
juzgar y una acción y los mensajes de apoyo son formas excelentes de incentivar
el diálogo o comunicación. Al repetir o parafrasear lo que ha escuchado le
permite a la persona que esté hablando saber que usted está escuchando y ayuda
a reafirmar que se están comunicando claramente.
3. Dele Seguimiento Hasta el Final: es importante saber que
cuando las conversaciones familiares terminan con una solución aceptable para
todos, es conveniente darle seguimiento por unos días para asegurarse que la
situación se ha resuelto. También es importante que usted cumpla con lo que
haya aceptado hacer, pues esto da la seguridad de que se puede confiar en usted
Relaciones Interpersonales en la Comunidad
El ser humano, al
igual que muchos animales, tiende a vivir en sociedad. Las relaciones sociales
e interpersonales constituyen una auténtica necesidad para lograr un desarrollo
adecuado y expansivo de la personalidad, aunque también pueden ser una fuente
de conflictos.
En una sociedad cada
vez más cambiante, acelerada y despersonalizada, el encuentro con el otro y,
por ende, el encuentro de uno mismo a través del otro no es tarea fácil. Sin
embargo, esta dimensión interpersonal es un factor común en los múltiples
modelos de madurez psicológica propuestos por diferentes autores.
Las personas se
comunican porque esa comunicación es totalmente necesaria para su bienestar
psicológico. La comunicación no es sólo una necesidad humana sino el medio de
satisfacer otras muchas; la capacidad de comunicación interpersonal, no debe
medirse exclusivamente por el grado en que la conducta comunitaria ayuda a
satisfacer las propias necesidades, sino también por el grado en que facilite a
los otros la satisfacción de las suyas.
Las relaciones
interpersonales constituyen, pues, un aspecto básico en nuestras vidas,
funcionando no sólo como un medio para alcanzar determinados objetivos sino
como un fin en sí mismo (Monjas 1999). Por tanto, la primera conclusión a la
que podemos llegar es que la promoción de las relaciones interpersonales no es
una tarea optativa o que pueda dejarse al azar.
El recién nacido
comienza su vida de relación de un modo también activo, ya que no sólo conecta
con los demás a través de la satisfacción de sus necesidades elementales que ve
cubiertas por la madre, sino que grita o llora reclamando lo que desea. La
primera infancia está marcada por una intensa dependencia de los demás, ya que
el niño moriría si no fuese por las relaciones que mantiene con los demás.
Esta dependencia se
mantiene en menor grado durante las posteriores épocas de la vida,
prácticamente en todos los ámbitos: la educación, el trabajo, la familia, etc.,
de tal modo que las relaciones sociales resultan imprescindibles para lograr el
desarrollo de las propias aptitudes y de la personalidad.
Relaciones
Interpersonales en la Familia
Relaciones Interpersonales en la Familia
Hace un par de generaciones atrás, la vida
familiar parecía simple, la gente pasaba la mayoría del tiempo con su familia.
Hoy en día, los estilos de vida complejos, las agendas, los horarios y el
balance de presupuestos impiden la intimidad familiar que las generaciones
anteriores vieron como algo normal. Actualmente en dos tercios de las familias
, tanto el padre como la madre trabajan fuera del hogar, eso puede limitar las
oportunidades de estrechar los lazos familiares. Si se combina esto con las
muchas otras fuentes de entretenimiento y actividades fuera del hogar, las
oportunidades para interactuar con la familia se reducen aún más.
La Comunicación, el
compartir ideas y sentimientos
es fundamental y esencial en todas las relaciones interpersonales,
especialmente con la familia, pues esta proporciona el contexto en el que los
niños aprenden el concepto de relaciones interpersonales, el cual a su vez les
ofrece el fundamento para la manera de tratar y relacionarse con la gente a
través de sus vidas. A través de la comunicación, la familia fomenta la
confianza, proporciona el refugio y la unión familiar, para lograr un mayor
sentido de pertenencia y aceptación. La confianza y la capacidad de cada
miembro de la familia pueden crecer a medida que se aceptan los riesgos, se
logran las metas y se resuelven los problemas juntos.
1. Esté Disponible: La comunicación empieza con ponerse a la disponibilidad y con ser accesible. El demostrar interés unos por otros y el dedicar tiempo unos a otros es esencial. Puede que sea necesario posponer otras actividades o distracciones para poder estar disponible para sus seres queridos. Al estar disponible para ellos, usted puede llegar a estar más al corriente de lo que pase y tener la oportunidad de ofrecer el apoyo y la guía que tanto se necesita. Por otro lado, aunque suene simple, el divertirse en familia estrecha los lazos familiares. Cosas amenas y placenteras tales como ir al cine, jugar, llevar al perro en una caminata o tener un picnic en el piso de la casa ayudan a equilibrar los momentos de frustración y de conflicto ocasionales. Túrnense al decidir qué van a hacer en familia; esto les da la oportunidad de que todos expresen su opinión en cuanto a las actividades.
2. Escuche con el Corazón: Muchas veces escuchamos lo que un miembro de la familia dice, pero no nos ponemos en sintonía con las emociones que hay alrededor de ellos. Hay mucho de la comunicación que no es verbal; el escuchar con empatía, prestándole atención especial a los sentimientos, ayuda a reforzar el puente de comunicación entre usted y su familia. Al escuchar, trate de responder sin juzgar y una acción y los mensajes de apoyo son formas excelentes de incentivar el diálogo o comunicación. Al repetir o parafrasear lo que ha escuchado le permite a la persona que esté hablando saber que usted está escuchando y ayuda a reafirmar que se están comunicando claramente.
3. Dele Seguimiento Hasta el Final: es importante saber que cuando las conversaciones familiares terminan con una solución aceptable para todos, es conveniente darle seguimiento por unos días para asegurarse que la situación se ha resuelto. También es importante que usted cumpla con lo que haya aceptado hacer, pues esto da la seguridad de que se puede confiar en usted
Relaciones Interpersonales en la Comunidad
El ser humano, al
igual que muchos animales, tiende a vivir en sociedad. Las relaciones sociales
e interpersonales constituyen una auténtica necesidad para lograr un desarrollo
adecuado y expansivo de la personalidad, aunque también pueden ser una fuente
de conflictos.
En una sociedad cada
vez más cambiante, acelerada y despersonalizada, el encuentro con el otro y,
por ende, el encuentro de uno mismo a través del otro no es tarea fácil. Sin
embargo, esta dimensión interpersonal es un factor común en los múltiples
modelos de madurez psicológica propuestos por diferentes autores.
Las personas se
comunican porque esa comunicación es totalmente necesaria para su bienestar
psicológico. La comunicación no es sólo una necesidad humana sino el medio de
satisfacer otras muchas; la capacidad de comunicación interpersonal, no debe
medirse exclusivamente por el grado en que la conducta comunitaria ayuda a
satisfacer las propias necesidades, sino también por el grado en que facilite a
los otros la satisfacción de las suyas.
Las relaciones
interpersonales constituyen, pues, un aspecto básico en nuestras vidas,
funcionando no sólo como un medio para alcanzar determinados objetivos sino
como un fin en sí mismo (Monjas 1999). Por tanto, la primera conclusión a la
que podemos llegar es que la promoción de las relaciones interpersonales no es
una tarea optativa o que pueda dejarse al azar.
El recién nacido
comienza su vida de relación de un modo también activo, ya que no sólo conecta
con los demás a través de la satisfacción de sus necesidades elementales que ve
cubiertas por la madre, sino que grita o llora reclamando lo que desea. La
primera infancia está marcada por una intensa dependencia de los demás, ya que
el niño moriría si no fuese por las relaciones que mantiene con los demás.
Esta dependencia se
mantiene en menor grado durante las posteriores épocas de la vida,
prácticamente en todos los ámbitos: la educación, el trabajo, la familia, etc.,
de tal modo que las relaciones sociales resultan imprescindibles para lograr el
desarrollo de las propias aptitudes y de la personalidad.
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