«Una escuela es
fundamentalmente una comunidad de relaciones y de interacciones orientadas al
aprendizaje, que depende principalmente, del tipo de relaciones que se
establezcan en la escuela y en el aula» (Casassus, 2006).La relación entre
padres, educadores y estudiantes puede generar una interacción positiva, que
forja vida, entusiasmos, ánimo y ganas de descubrir, experimentar. De allí el
término CON-VIVIR CON EL OTRO, para generar aprendizajes, metas, ilusiones y
ganas de “estar en el aula”. El educador es el artífice de esta gestión
mediante las normas, la metodología apropiada, un espacio organizado y un mundo
de sorpresas.
El concepto que tienen profesor y alumno entre sí, es decir, la idea que tiene el uno del otro, es un elemento condicionante y determinante del proceso educativo, la opinión que los alumnos tienen de los profesores, lo que piensen de ellos tiene repercusión en su forma de enseñar, y viceversa, la idea que los profesores tienen de los alumnos condiciona el propio aprendizaje de estos.Puede, por tanto, indicarse que el clima del aula, de la institución, es el resultado entre otros factores, del conjunto de interacciones, vivencias, aspectos estructurales, emocionales y motivacionales que influyen en el proceso de aprendizaje.
Desde
el punto de vista laboral, las relaciones
interpersonales se
entienden como la capacidad que tiene la persona de cooperar y trabajar con sus
compañeros, estableciendo una meta a conseguir y organizando el trabajo diario
para no entorpecer el desempeño del resto, pues el trabajo es el principal
medio de sustento de la sociedad y por consiguiente tiene una gran relevancia
en la vida y estado de animo de las personas.
La mayoría de
los medios de trabajo son de actividad grupal, por consiguiente requiere un
nivel aceptable de comunicación, cooperación e identificación entre los
miembros de un grupo de trabajadores. Es a partir de unas adecuadas relaciones
interpersonales que puede crearse una mejor interacción de grupo y finalmente
mejorar como institución.
Las
relaciones interpersonales influyen en muchas áreas en el trabajo como el clima
laboral, productividad, atención al cliente, trabajo en equipo, satisfacción
laboral entre otros. No todo lo
que trae las buenas relaciones interpersonales es beneficioso, ya que si no se
manejan de manera adecuada puede
conllevar a que los empleados pierdan concentración en la labor, nuble su
juicio ante la toma de decisiones como un despido por ejemplo y que pueda
promoverse el conformismo en algunos empleados.
Lo imprescindible
es contar con una comunicación abierta, sincera y respetuosa. Se debe demostrar
una actitud que inspire confianza en todo sentido, tanto en los dichos como en
las acciones que se realizan. De esta manera, la base con la que se formen las relaciones interpersonales, no podrán ser malas.
Concluimos
con el hecho de que las relaciones interpersonales son un elemento muy
relevante en el medio laboral y que deben ser promovidas por los empleados para
que exista un mejor ambiente y se realice mejor las actividades de la empresa.
Ejemplo:
Debido a la realidad vivida en cada consulta médica, en
los últimos años se ha producido un cambio importante en las relaciones
médico-paciente. Uno de sus efectos es que el resultado de la asistencia
sanitaria se mide hoy en términos de efectividad, eficiencia, percepción por el
paciente de su dolor o de su autonomía, su sensación de bienestar físico y
mental y, también, por su satisfacción con el resultado alcanzado.
Ejemplo:
Cuando
el médico no se explica o el paciente no entiende…
¿Qué riesgos para la salud
existen cada vez que un paciente termina su charla con el médico y se queda con
cuestiones que no comprende o no le han explicado? ¿De qué manera afecta ello
al pronóstico de la enfermedad, a sus expectativas de curación y al
cumplimiento correcto del tratamiento?
Los profesionales sanitarios
cuentan con multitud de estudios que les informan sobre los efectos adversos de
sus tratamientos farmacológicos y físicos, de sus cirugías, de las
hospitalizacione. Pero muy poco se sabe sobre los efectos adversos que podrían
existir cuando el paciente sale de la consulta con dudas importantes sobre su
salud y su enfermedad.
Dicho de otra manera, muy
poco se sabe de las consecuencias de una deficitaria comunicación entre médicos
y pacientes. Y esta cuestión no es, ni mucho menos, irrelevante, como muestra
un preocupante y reciente estudio publicado en la revista Journal of Clinical
Oncology. En el mencionado estudio se entrevistaron a 384 personas que fueron
diagnosticadas de un cáncer de pulmón incurable entre el año 2003 y 2005 y
estaban recibiendo radioterapia. La finalidad de las entrevistas era conocer
las expectativas que tenían sobre qué conseguirían con este tratamiento de
radiación, que no tenía otra finalidad nada más que la paliativa. Los
resultados arrojan una realidad inquietante: casi dos tercios de los pacientes
creían que la radioterapia era para curarles y no para aliviar los síntomas de
su enfermedad. Estos resultados parecen indicar que los médicos no explican con
la suficiente claridad la finalidad de los tratamientos aplicados, puesto que
esto no es un hecho aislado.
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